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Mostrando entradas de octubre, 2021

El monasterio de Santa Ana del Monte. Jumilla.

  Es un remanso de paz en la montaña jumillana, una simbiosis perfecta entre arquitectura y naturaleza y foco del misticismo franciscano donde tampoco faltan relatos que hablan de numerosos milagros. Es el monasterio o convento de Santa Ana del Monte o, como dicen en la localidad, “de la Abuelica Santa Ana”.      View this post on Instagram Una publicación compartida de 𝔼𝕝 ℝ𝕖𝕒𝕝 𝕀𝕟𝕗𝕒𝕟𝕥𝕒𝕕𝕠 𝕕𝕖 𝕊𝕒𝕟𝕥𝕒 𝔽𝕖 (@realinfantadodesantafe) Fue allá por el último tercio del siglo XVI cuando la Orden franciscana decidió acometer la construcción de este monasterio en el corazón de la Sierra de Santa Ana, en la umbría del monte Picacho (o Picarcho), y a unos cinco kilómetros al sur del núcleo urbano de Jumilla. Ya existía en el entorno, desde 1450, una ermita en el lugar donde según la tradición apareció una imagen de Santa Ana, madre de la Virgen María y por tanto abuela de Jesucristo. Las obras del convento finalizaron en 1573, abriéndose al

Fuente Caputa. Mula

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  Es un lugar que parece alejado de la civilización a la vez que es fácilmente accesible, un entorno silencioso solamente alterado por el sonido del discurrir de las aguas y un espacio para poder disfrutar de la naturaleza. Vamos a descubrir un pequeño paraíso enclavado en tierras muleñas.     Al norte del municipio de Mula, cerca del Embalse de la Cierva y casi en el centro geográfico de la Región de Murcia se ubica un espacio natural único y no demasiado conocido. Este rincón no es otro que Fuente Caputa, situado en el curso de la Rambla Perea y que se mantiene con abundancia de agua a lo largo de todo el año, incluyendo la seca y calurosa estación estival.   Este emblemático paraje y de un gran valor medioambiental es mucho más que la fuente que figura en su denominación. En realidad se trata de todo un sistema de pozas y cascadas formadas a partir de un manantial que arroja de media un caudal de cinco litros por segundo y que se nutre de las aguas que, procedentes de los montes col

Lorquí y la antigua ciudad de Ilorci

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  Como un eco lejano de las luchas entre romanos y cartagineses sigue resonando el nombre de Ilorci. Lo hace especialmente en Lorquí, cuyos orígenes muchos relacionan con este antiguo enclave donde acabó sus días un afamado general de Roma.     Ayuntamiento de Lorquí A lo largo de la Historia y fundamentalmente al hablar de antiguas civilizaciones, han existido numerosas ciudades que en la actualidad resulta difícil ubicar o vincular con poblaciones del presente. En unos casos fueron abandonadas y sus ruinas quedaron enterradas esperando volver a salir a la luz de la mano de la arqueología y en otros, tanto sus vestigios como su nombre han quedado ocultos bajo un nuevo asentamiento, el actual, que posee ya otra denominación.    La segunda opción parece ser lo que sucede con Ilorci, una antigua ciudad de Hispania que fue protagonista de un importante episodio de la Segunda Guerra Púnica, el conflicto que a finales del siglo III a.C. enfrentó a Roma y Cartago por la hegemonía en el Medit

El legado vikingo en Murcia

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  Primero la literatura y luego las películas y series de televisión o plataformas digitales han dado a conocer al gran público las correrías de los vikingos, hombres temibles procedentes de la lejana Escandinavia que se convirtieron en sinónimo de terror y pillaje. Hoy su recuerdo sigue presente también en Murcia, donde su herencia quizá sea mayor de lo que en un principio podría creerse.     Atemorizaron a buena parte de Europa con sus incursiones que se prolongaron desde finales del siglo VIII hasta mediados del XI. Si la cultura popular ha asociado con los vikingos el casco con cuernos, lo cual no se corresponde con la realidad, lo sí que se ajusta a la verdad es la destreza de este pueblo nórdico en el arte de la navegación y la voracidad de sus numerosos actos de pillaje allá donde llegaban y que provocaban el pánico de la casi siempre indefensa población local.    La Península Ibérica, en aquella época dividida entre los incipientes reinos y condados cristianos del norte y los d

La Torre Vieja. Alguazas

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  En medio de la huerta alguaceña y a tiro de piedra de la confluencia de los ríos Mula y Segura se levanta un edificio que en tiempos era sinónimo de seguridad y poder. Varios nombres identifican hoy a lo que fue plaza fuerte y enclave señero.    A comienzos del siglo XIV Alguazas se convirtió en un señorío eclesiástico. Igual que otras posesiones pertenecientes a su madre María de Molina como Alcantarilla o Monteagudo, el rey de Castilla Fernando IV había entregado este territorio de la Vega del Segura al Obispado de Cartagena. Fue a cambio del castillo de Lubrín, situado en la actual provincia de Almería. Así, el prelado Pedro Peñaranda, quien estuvo al frente de la Diócesis entre 1327 y 1349, ordenó construir una fortificación sobre una pequeña elevación que dominaba una amplia zona de huerta próxima a los ríos. Las obras culminaron unos años después, siendo ya obispo Alonso de Vargas. El lugar pudo servir también para guardar, a modo de granero, los productos agrícolas resultado d

Albudeite, el pueblo del Allí vivió

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  La típica manera en que los murcianos hacen uso de la lengua castellana adquiere determinadas peculiaridades en puntos muy concretos del territorio que habitan. Así sucede en Albudeite, un pequeño pueblo donde su historia ha influido notablemente en las características que identifican su habla local.   Pedro J Pacheco, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons Una de las señas más identificativas de la Región de Murcia es su particular forma de hablar. Es el llamado dialecto murciano (no confundir con el panocho, que se referiría más específicamente a la Huerta de Murcia), un conjunto de hablas que aún teniendo una serie de características comunes difieren sensiblemente entre ellas dependiendo de la comarca e incluso de la localidad en cuestión. Un oído bien entrenado y acostumbrado a escuchar a hablantes murcianos de uno y otro sitio puede ser capaz de afinar y saber de dónde es exactamente su interlocutor.   En lugares muy concretos,

El Festival del Cante de las Minas. La Unión

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  Desde hace seis décadas el mundo del flamenco tiene una cita obligada en La Unión y su Festival Internacional del Cante de las Minas, un prestigioso certamen que hunde sus raíces en la que fue su principal actividad económica y fuente de trabajo y el mestizaje entre los cantes autóctonos de la zona y los traídos por los mineros andaluces.     Si hay una localidad de la Región de Murcia con un claro vínculo histórico con la minería ese es La Unión, no en vano enclavado en la denominada Sierra Minera que comparte con la vecina Cartagena. Esta actividad de explotación de minerales de plomo, hierro, plata y zinc generó un gran desarrollo que supuso el propio nacimiento del municipio. Se segregó justo del de Cartagena en 1860 como El Garbanzal y adquirió su nombre actual, La Unión, ocho años después. La población iría aumentando de forma considerable al ser las minas un foco de atracción para numerosos trabajadores que procedían, en su mayoría, de diversas partes de Andalucía.    Estos mi

El Barranco del Infierno. Librilla

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  Dos siniestros nombres acompañan a sendos barrancos situados en Librilla. Uno de ellos derivó en el propio nombre de la localidad mientras que el otro responde a un paisaje extraño y desolado que a pesar de todo no deja de ser bello y cautivador para todo aquel que se aventura a poner su pie en él.     Muchos de los nombres que identifican a los distintos lugares son bastante reveladores atendiendo a su significado o a lo que pretenden transmitir. Así sucede con el del municipio de Librilla, que con un origen árabe (ciertamente que la terminación –illa no puede disimularlo) y procediendo del término  Lymbraya , viene a significar “Barranco de los Espectros”. Así lo señalaba el renombrado cartógrafo Al-Idrisi a mediados del siglo XII. Este barranco, que quizá deba esta denominación a su verticalidad y el miedo que infunde asomarse a él, se corresponde con la llamada rambla de Librilla o río Orón que atraviesa la población.    Pero sin salirnos del territorio librillano y remontando la

Es parla valencià. Se habla valenciano

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  Se trata de un curioso enclave lingüístico valenciano en tierras de la Región de Murcia. Son poco más de medio millar de personas que todavía conviven con el idioma que heredaron de sus antepasados, procedentes de localidades alicantinas próximas en las que este era el principal vehículo de comunicación entre sus gentes.       Hacia el año 1325, el renombrado caballero y escritor de la Corona de Aragón Ramón Muntaner señalaba en su Crónica que en Murcia se hablaba el más bello catalán del mundo. Los azares de la historia hicieron borrar del antiguo Reino de Murcia esta lengua (con permiso de las muchas palabras catalanas que han perdurado en el dialecto murciano), pero quién iba a decirle a aquel cronista gerundense que muchos siglos después, el pariente más cercano del catalán, el valenciano (para muchos un mismo idioma), se instalaría en algunos rincones muy concretos de la ya entonces provincia y más tarde Región de Murcia.   Nos referimos a una zona conocida como El Carche (por l

La Cuadrilla de Aledo

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  Cantos y melodías ancestrales, sonidos que parecen de otra época pero que se siguen escuchando hoy y se proyectan hacia el futuro. Es una reliquia del folklore regional de incalculable valor que debe ser protegida e impulsada.   En la Región de Murcia y zonas aledañas (como diversas comarcas las provincias de  Albacete, Almería, Granada y Jaén) existe una manifestación cultural muy particular donde se mezclan, tradición, folklore, música y religiosidad popular. Son las llamadas cuadrillas de ánimas, agrupaciones musicales compuestas por un número variable de personas cuyo origen último habría que encontrarlo en el culto y devoción a las ánimas del Purgatorio, de ahí su nombre. Su misión era recaudar dinero para el sufragio de estas almas y su llegada a la Gloria.   Definida la realidad del Purgatorio con la Contrarreforma católica y el Concilio de Trento aparecieron infinidad de cofradías de las Ánimas Benditas desde los siglos XVI y XVII y a ellas asociadas surgieron las cuadrillas,

“Por pasar la puente nos dieron la muerte”. Cieza

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  La curiosa frase que figura en el escudo heráldico municipal de Cieza, así como el resto de elementos que lo componen, tienen su origen en un suceso acaecido en el siglo XV. Fue todo un trauma colectivo para la población que fue plasmado en el más importante de los símbolos locales y hoy es conocido por todos los vecinos.    SanchoPanzaXXI~commonswiki   https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Escudo_de_Cieza.svg E n su obra de 1777 titulada   La antigua Carteya o Carcesa, hoy Cieza, villa del reino de Murcia , el  franciscano ciezano Fray Pascual Salmerón (1718 – 1806), teólogo e historiador, relataba el que probablemente sea el acontecimiento más significativo para los habitantes de esta ciudad:      De la sobredicha sangrienta invasión que a Cieza hicieron los moros, hay en esta villa memoria y tradición constante. Es también tradición que la mañana de Resurrección en que los moros llegaron a Cieza, estaba la gente oyendo Misa en la Iglesia antigua, que estaba cerca de la puente en l

La Ciudad Encantada de Bolnuevo. Mazarrón

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  Es otro de los enclaves sorprendentes que posee la Región de Murcia. Muestra unas formas únicas y caprichosas, casi de otro mundo, que se asoman a esta porción del Mediterráneo que es la costa de Mazarrón. Son mucho más que una atractiva imagen de postal que bien merece la pena contemplar, trasladando al visitante a otra realidad.   Bolnuevo es una pedanía costera perteneciente al municipio de Mazarrón. Este antiguo pueblo de pescadores es hoy un importante destino para el turismo de sol y playa con espectaculares calas como la del Rincón. Además del encanto manifiesto derivado de su privilegiada ubicación, lo que más fama le ha dado distinguiéndolo de otros puntos del litoral murciano son unas formaciones geológicas que se conocen como “Gredas de Bolnuevo” o “Erosiones de Bolnuevo”. Están situadas entre la playa y las estribaciones de la Sierra de las Moreras, un espacio natural protegido. Recuerdan mucho a las peculiares rocas que pueden encontrarse en la Ciudad Encantada de Cuenca

El arroz de Calasparra

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  Es uno de los productos típicos de la Región de Murcia y el que más identifica, sin duda alguna, a Calasparra. El paisaje que rodea a esta villa del Noroeste se tiñe de verde como reclamo y claro distintivo de un cultivo muy especial para la zona y que se remonta muchos siglos atrás    Las tierras de Calasparra son las encargadas de dar la bienvenida al río Segura cuando éste se introduce en la Región. A su paso por esta localidad, sus aguas proporcionan la vida a un cultivo único pero a su vez característico en esta parte de la geografía murciana: el arroz.   El llamado Coto Arrocero, esto es, el territorio de producción amparado por la Denominación de Origen Protegida “Calasparra”, sobrepasa, sin embargo, los límites del municipio que le da nombre, ya que abarca también partes de Moratalla y de Hellín, ya en la vecina provincia de Albacete. Por esta última discurre precisamente discurre el famoso río Mundo, afluente del Segura, que también se encarga de irrigar los arrozales de est

Don Martín de Ambel. Cehegín

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  En una ciudad tan cargada de historia como es Cehegín no pueden faltar personajes cuya vida y obra bien merecen ser contadas. Uno de los más conocidos, al menos en su localidad natal, es Don Martín de Ambel, una figura de calado allá por el siglo XVII con peripecias que a continuación nos disponemos a relatar.   Martín de Ambel y Bernad vino al mundo en 1592, siendo hijo de un hidalgo ceheginero llamado Cristóbal de Ambel y de su esposa Catalina Bernad. En 1614 se casó con Catalina Gil, con la que tuvo cinco hijos y dos hijas.    Corría el año 1623 cuando se produjo el hecho que iba a marcar para siempre la vida de este personaje, el duelo de honor que mantuvo con el que fuera alférez mayor de Cehegín Alonso de Góngora y Quirós. Martín de Ambel resultó vencedor tras dar muerte a su contrincante pero por haber cometido este crimen debía rendir cuentas ante la justicia. Así, a fin de evitar ser detenido y procesado decidió “acogerse a sagrado”, la antigua fórmula medieval por la que cu