Es parla valencià. Se habla valenciano

 Se trata de un curioso enclave lingüístico valenciano en tierras de la Región de Murcia. Son poco más de medio millar de personas que todavía conviven con el idioma que heredaron de sus antepasados, procedentes de localidades alicantinas próximas en las que este era el principal vehículo de comunicación entre sus gentes.   

 




Hacia el año 1325, el renombrado caballero y escritor de la Corona de Aragón Ramón Muntaner señalaba en su Crónica que en Murcia se hablaba el más bello catalán del mundo. Los azares de la historia hicieron borrar del antiguo Reino de Murcia esta lengua (con permiso de las muchas palabras catalanas que han perdurado en el dialecto murciano), pero quién iba a decirle a aquel cronista gerundense que muchos siglos después, el pariente más cercano del catalán, el valenciano (para muchos un mismo idioma), se instalaría en algunos rincones muy concretos de la ya entonces provincia y más tarde Región de Murcia. 

Nos referimos a una zona conocida como El Carche (por la cercana sierra homónima) y comprendida entre los términos municipales de Yecla, Jumilla y Abanilla, en el extremo nororiental de la Región. Su población total apenas llega en la actualidad a los 600 habitantes, llegando a rondar los 3.000 a mediados del siglo XX.  

La actual presencia de la lengua valenciana en Murcia no se debe a la permanencia de aquel antiguo sustrato lingüístico medieval sino a un proceso mucho más cercano en el tiempo y debido a la migración de un grupo concreto de personas. Y es que hace alrededor de un siglo y medio, varias familias de agricultores procedentes del Valle del Vinalopó, en la provincia de Alicante, se instalaron en estas tierras. Era un área despoblada hasta ese momento pero ciertamente muy apta para el desarrollo de diversos cultivos que el esfuerzo de aquellas gentes hizo florecer y llenar de actividad. Los nuevos pobladores trajeron a la zona donde se establecieron su modo de vida, sus costumbres y también su lengua habitual, que no era otra que el valenciano que se hablaba en sus lugares de origen, en pueblos como Pinoso (El Pinòs), Monóvar (Monòver), Petrel (Petrer) o Novelda, situados no demasiado lejos pero al otro lado del límite provincial que antaño lo fue de las coronas de Castilla y Aragón. 

En su día hubo más de una veintena de aldeas y caseríos de la zona que contaban con población de valencianoparlantes. El idioma se ha mantenido de una u otra forma hasta el siglo XXI en localidades como Raspay en el municipio de Yecla, Cañada del Trigo, El Carche, La Raja y Torre del Rico en el de Jumilla y El Cantón y Cañada de la Leña (también conocida como Los Martínez) en Abanilla. Se da la circunstancia de que se encuentran más cerca de las localidades alicantinas limítrofes que de las murcianas de las que dependen en lo administrativo, especialmente en el caso de Yecla y Jumilla que cuentan con extensísimos términos municipales.  

Con abundancia de castellanismos en su vocabulario, fruto de la larga y continua convivencia con el idioma dominante en el entorno que les rodea, el valenciano de El Carche trata de perdurar hoy frente al cambio lingüístico y a la despoblación en este conjunto de pequeños núcleos, despertando la curiosidad y el interés de muchos lingüistas, antropólogos y aficionados a la historia y a la cultura en general. 


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