La Casa de la Rusa. San Pedro del Pinatar

Una peculiar construcción no pasa desapercibida en el centro urbano de San Pedro del Pinatar. Además de su llamativa arquitectura neomudéjar y su actual carácter cultural, es un lugar que nos traslada al esplendor de épocas pasadas y que, además, no es ajeno a la leyenda.
{{Information |Description=Palacio de los condes de Villar de Felices en San Pedro del Pinatar |Source=trabajo propio |Date=julio 2007 |Author=A. Torregrosa |Permission=antorregrosa@gmail.com |other_versions= }} 

 Mediante varios nombres diferentes se identifica a un mismo edificio situado en esta población ribereña del Mar Menor. Es el Palacio del Barón de Benifayó, el de los Condes de Villar de Felices o, por el uso que tiene en la actualidad, Museo Arqueológico y Etnográfico de San Pedro del Pinatar. También se le conoce popularmente como “Casa de la Rusa”, quizá la más sugerente de sus denominaciones por estar vinculada con una leyenda que tiene a una mujer de lejanos orígenes como triste protagonista. Se trata de una construcción formada por un cuerpo central y dos torreones almenados que lo flanquean y le proporcionan un aire de castillo o fortaleza. Su promotor fue Don Julio Falcó y d’Adda, barón de Benifayó, quien deseaba utilizarla como residencia para sus vacaciones en la localidad. Este personaje nació en Milán en 1834 y tenía vínculos con la Casa de Saboya, la reinante en Italia, y otras familias nobles. Desde 1886 fue miembro del Senado de España. El responsable de dirigir el proyecto del palacete para el barón fue, en 1878, el madrileño Lorenzo Álvarez y Capra, uno de los grandes impulsores del estilo neomudéjar que no en vano caracteriza al inmueble. El mismo arquitecto había diseñado cinco años antes el pabellón de España para la Exposición Universal celebrada en Viena, en el que el edificio levantado en San Pedro del Pinatar fue claramente inspirado. Se adviertien también ciertas similitudes con el antiguo Hotel Victoria de Murcia capital, sobre todo por la profusión del uso del ladrillo. La obra fue culminada en 1892. Mientras, Falcó y d’Adda se había hecho construir otro palacio parecido, si bien de dimensiones más reducidas, en la isla Mayor del Mar Menor, en la que un día había estado preso tras matar en un duelo de honor a Don Diego de Castañeda y que terminó adquiriendo dada la belleza del entorno. Así, dicha isla, antaño también llamada Conejera, es conocida hoy como “del Barón”. Regresando al edificio de San Pedro, conozcamos la leyenda que le hace ser identificado como “Casa de la Rusa”. Nos cuenta el relato que el barón de Benifayó era muy dado a organizar fiestas y recepciones a las que acudían miembros de la alta sociedad del momento. A una de ellas asistió una hermosa joven que, como era de esperar, llamó la atención de su anfitrión, quien de forma automática se enamoró perdidamente. La bella dama se llamaba Natasha Seslavin y era una princesa de origen ruso. El barón no tardó en pedirle que se casara con él y aunque ella no correspondía ese amor ni deseaba la relación, la difícil situación económica de su familia le obligó a aceptar sin más remedio aquel enlace, que sería todo un trance y fuente de tristeza para la chica. Evidentemente no fue un matrimonio feliz y Falcó y d’Adda tuvo que experimentar de forma continua el rechazo explícito de su esposa. La princesa rusa quiso alejarse de su desdichada vida mirando al mar con melancolía, acercándose hasta la orilla para buscar en él refugio. Mientras tanto, la rabia del barón crecía día tras día ante tanto desprecio y una noche, ayudado por uno de los criados, terminó por asesinarla. El barón de Benifayó falleció en su palacete de San Pedro del Pinatar en 1899. Desde entonces, la leyenda de la princesa rusa ha seguido creciendo entre lugareños y pescadores, asegurando algunos de ellos que han visto su bella y esbelta figura cabalgando desnuda por la playa a lomos de un corcel blanco, buscando siempre ese refugio en el mar.

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