La Casa Eiffel. Ulea
Las obras asociadas a los arquitectos de mayor renombre de la Historia parecen quedar reservadas a grandes urbes o lugares que gozan o han gozado de una importante significación política, económica, cultural, religiosa… Pero en uno de los municipios más pequeños de la Región de Murcia como es Ulea se encuentra, sin embargo, un edificio atribuido al personaje responsable de una de las construcciones más icónicas de todo el mundo, Gustave Eiffel.
Para contemplar esta construcción hay que llegar hasta la Plaza Mayor de Ulea, en el centro mismo de la población, localizándose junto a la iglesia parroquial de San Bartolomé.
No se conocen planos, proyecto u otro tipo de documentación que confirme que el autor del diseño de esta popular casa sea el mismo que el de la archiconocida torre metálica parisina, aunque existe una curiosa historia que desde principios del siglo XX así lo sugiere. El relato ha sido expuesto por Joaquín Carrillo Espinosa, cronista oficial de la Villa de Ulea.
Todo empieza a inicios del siglo XX con un vecino de la localidad llamado José Ríos Torrecillas, exportador y comerciante de frutas, quien regentaba un puesto nada menos que en el Mercado Central de París. Como otros muchos habitantes de la capital francesa, el ingeniero civil Gustav Eiffel se sentía atraído por la calidad de los productos procedentes de la huerta de Ulea, frecuentando dicho puesto y terminando por entablar amistad con José Ríos. Con más de 70 años, Eiffel se quejaba de los dolores provocados por el reúma que padecía, no mejorando con las medicinas que los médicos galos le prescribían. Su amigo español le habló de las propiedades de las aguas termales que había muy cerca de su pueblo natal y que no eran otras que las del famoso Balneario de Archena, donde podría encontrar alivio a su problema. Lo invitó, pues, a pasar una temporada en Ulea, desde donde podría ir a diario a tomar esos baños que tanto bien podrían hacerle. Gustave Eiffel le tomó la palabra y aceptó la invitación, viajando hasta este rincón del Valle de Ricote e instalándose en la casa de José unas semanas durante los veranos entre 1910 y 1912. Cada día se desplazaba hasta el balneario en la calesa de su anfitrión.
José Ríos aprovechó la presencia de su ilustre huésped para plantearle la construcción de una nueva vivienda familiar que se ubicaría junto a la iglesia de San Bartolomé. El edificio efectivamente se levantó, bien bajo la dirección del propio Eiffel o de alguno de sus discípulos, siendo inaugurado el 19 de marzo de 1912, día de San José. En aquellos años se conocía entre los vecinos de Ulea como “la Casa de París”.
De tres plantas y con una fachada cuadrada, se caracteriza especialmente por los dos torreones rematados por agujas de zinc que sobresalen por las esquinas a modo de almenas de un castillo. Tiene un aire muy peculiar, casi extraño, con un estilo a medio camino entre lo modernista y lo ecléctico.
José Ríos Torrecillas, que llegó a ser alcalde de Ulea entre 1924 y 1928, vendió la presunta obra de Gustave Eiffel a un familiar, quien posteriormente hizo una permuta con la Iglesia, que se convirtió en su propietaria a cambio de una vivienda de la calle Alfonso XII. Se convirtió así en casa parroquial y es por ello por lo que también es conocida como “Casa del Cura”.
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