Las “Badlands” de la Región de Murcia

Puede parecer un espacio desolado, casi desértico, para muchos incluso un paisaje lunar, pero estas formaciones, presentes en varios puntos de la Región de Murcia, tienen su encanto y belleza. A lo largo del tiempo han despertado el interés tanto de geólogos como de viajeros en general. Las “badlands” (en inglés, “malas tierras”) son un conjunto de formaciones geológicas en forma de cárcavas y barrancos compuestos por materiales blandos como arcillas y limos. Deben su gráfico nombre a la consideración de ser tierras que no sirven para ser cultivadas u obtener otro tipo de rendimiento. Son propias de zonas de clima árido, responsable último de la escasa presencia de vegetación. Las lluvias torrenciales ocasionales, unidas a la impermeabilidad de este tipo de terreno, provocan una marcada erosión y contribuyen a generar su modelado característico.
Algunas de las concentraciones de badlands más significativas de la Región las podemos encontrar en Abanilla, Fortuna, Albudeite, Campos del Río, Mula, así como en Alhama de Murcia y Librilla, ya que en el territorio de estos dos últimos municipios se sitúan los famosos Barrancos de Gebas

En Abanilla y Fortuna existen parajes donde el paisaje recuerda mucho al de Oriente Medio, lo que le ha valido a la zona el apelativo de “la Palestina murciana”. Aquí se da una llamativa combinación entre las tierras semidesérticas y, a modo de oasis, el verdor generado por el curso del río Chícamo, afluente del Segura, y la abundancia de palmeras. 

 Justo en el centro geográfico de la Región de Murcia, en los municipios de Albudeite, Campos del Río y Mula, encontramos amplias extensiones de badlands que pueden contemplarse tanto al circular por la autovía del Noroeste – Río Mula como al recorrer la Vía Verde del Noroeste que discurre por el antiguo trazado de la línea del ferrocarril que unía Murcia con Caravaca de la Cruz. 

Algo más al sur, entre Sierra Espuña, la de la Muela y la del Cura, se ubican los Barrancos de Gebas, que constituyen un auténtico espectáculo para quien se acerca a contemplarlos. Son, además, Paisaje Protegido desde 1995 y Lugar de Interés Geológico. Se trata de otra clara muestra de badlands que, como particularidad, comparten espacio con el embalse de la Rambla de Algeciras, lo cual muestra un fuerte contraste visual entre dicha concentración de agua con su color azul turquesa y las desoladas laderas que la rodean. 

Pese a lo que pueda parecer por su imagen desolada, en las badlands no faltan especies de flora y fauna que tienen aquí su hábitat. Las plantas están perfectamente adaptadas tanto a la escasez de precipitaciones como a fuertes las avenidas de agua que de vez en cuando sufre el terreno. El esparto, antaño tan importante en las economías locales y materia prima de multitud de objetos, la alcaparra o tapenera, la pitera y la chumbera son buenos ejemplos de ello. Entre los animales podemos señalar pequeños roedores y aves como el abejaruco, que aprovecha las peculiares características del propio terreno para excavar sus nidos.

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