La Rueda de Alcantarilla
Desde tiempo inmemorial las norias han dado vida a las huertas murcianas. Son un legado de enorme valor histórico y patrimonial que hoy ayuda a conocer mejor la historia de muchos lugares y el trabajo de sus gentes. Vamos a conocer en detalle una de ellas a modo de ejemplo, y también homenaje, de todas ellas.
En una tierra como la Región de Murcia donde el agua es un bien tan vital como escaso han jugado y juegan un papel fundamental las distintas infraestructuras hidráulicas relacionadas con la agricultura. Son muchas las construcciones tradicionales relacionadas con los antiguos sistemas de regadío en los que el pasado musulmán tiene mucho que ver y ahí encontramos las acequias y los azarbes, así como las norias.
De forma circular, la noria tiene como objetivo recoger y elevar el agua mediante una hilera de cangilones o recipientes que recorren todo su perímetro. El líquido elemento se deposita así en otro conducto que lo transporta hasta el lugar donde es necesario para el riego.
Son abundantes los ejemplos de norias que perduran en diversos lugares de la Región. Podemos mencionar las que se encuentran en Abarán, Albudeite, Archena, Ceutí, Cieza y en las diputaciones o pedanías lorquinas de La Hoya, Ramonete y Zarzadilla de Totana.
Pero queremos centrarnos en una de las más populares, quizá por su ubicación en un lugar de paso y tradicionalmente muy transitado. Nos referimos a la que se localiza en Alcantarilla junto a la antigua carretera N-340. A esta noria se le llama “La Rueda” y es uno de los principales reclamos de este pequeño pero muy poblado municipio situado a unos pocos kilómetros de la ciudad de Murcia. Ni que decir tiene que constituye un auténtico orgullo para todos sus habitantes.
Para encontrar la primera construcción de estas características en este sitio hay que remontarse nada menos que al siglo XV. Se trataba de una noria no tan grande como la que hoy conocemos y estaba hecha de madera (de este material eran hasta el siglo XIX). El mecanismo elevaba el agua de la acequia para poder regar las parcelas situadas a una mayor altura. A lo largo de la historia se han ido renovando las distintas ruedas que en todo caso siguieron cumpliendo con su importante misión en esta huerta alcantarillera. Así por ejemplo, en 1890, Salvador Ortiz Arnaldos, conocido como “el Mellao”, fue el encargado de instalar una nueva versión de la noria que sería testigo del tránsito de una centuria a la siguiente. Los datos disponibles apuntan que en aquella época podía regar 500 tahúllas de huerta.
Pero la rueda actual data del año 1956, realizada y colocada por la Sociedad Metalúrgica Naval y Terrestre de Alicante, que supuso además la modernización de toda la maquinaria. Tiene un diámetro de once metros, una anchura de casi dos y se sitúa a una altura de ocho sobre la acequia. Presenta dos círculos concéntricos o coronas, cada uno con treinta y seis cangilones. El acueducto donde se deposita el agua para ser transportada es la construcción complementaria fundamental en el sistema. Hecho en ladrillo y argamasa, llegó a tener más de una veintena de arcos, ya que algunos de ellos han desaparecido. De hecho, el paso justo por aquí de la citada carretera nacional se llevó por delante una buena parte del mismo.
La Rueda y sus instalaciones anejas no solo tienen gran interés en sí mismas ya que se encuentran en el contexto de un conjunto muy interesante para conocer la tradición y las formas de vida de los habitantes de esta parte de la Región de Murcia. Nos referimos al Museo Etnológico de la Huerta, que fue inaugurado en 1967. Tanto la Rueda como el Museo en el que se encuadra fueron declarados Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1982.
La Rueda de Alcantarilla quedó inmortalizada en una moneda de 5 pesetas acuñada en 1999 y dedicada a la Región de Murcia. Puesta en circulación solo tres años antes de la llegada del euro, fue la última de una serie de piezas alusivas a las distintas comunidades autónomas españolas que se emitieron a lo largo de aquella década. La popular noria aparecía en el reverso de la moneda junto al valor, mientras que en el anverso figuraba la portada de la Casa del Huerto de las Bombas, situada en la actualidad en los Jardines del Malecón de la capital murciana.
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