La floración del almendro en la Región de Murcia

Todo un espectáculo constituye año tras año el contemplar los almendros en flor. Distintas zonas de la Región de Murcia se visten con el color de sus ramas anunciando el próximo fin del invierno.
Con permiso de la llamada “trilogía mediterránea” (el trigo, la vid y el olivo), el cultivo del almendro ocupa un lugar muy destacado en el paisaje agrario de una parte significativa de la Península Ibérica. Se cree que llegó a ella de la mano de los comerciantes fenicios desde el otro lado del Mediterráneo, donde ya estaba ampliamente difundido entre diversos pueblos y culturas en épocas remotas. Una de las peculiaridades que llaman la atención de este árbol caducifolio es su largo ciclo anual, ya que entre la floración (que precede a la salida de las hojas y tiene lugar a finales del invierno) y la recolección del fruto (a finales del verano y principios del otoño), transcurren muchos meses. La floración del almendro no tiene una fecha fija en el calendario, ya que depende de la meteorología de cada año así como de la variedad de la especie de que se trate. En cualquier caso, suele ser a lo largo del mes de febrero cuando se produce el momento ideal para poder admirar el fenómeno en los campos murcianos. La amplia proliferación de este cultivo permite contemplar la floración en muchos y variados puntos de la geografía regional, especialmente en el interior. Bullas, Calasparra, Caravaca de la Cruz, Cehegín, Cieza, Jumilla, Lorca, Moratalla, Mula o Pliego son algunos de los municipios en cuyo territorio hay una gran cantidad de almendros y donde por tanto el evento adquiere una mayor relevancia llegado el momento. Las flores blancas y rosadas inundando las ramas otorgan al paisaje una gran belleza, toda una experiencia para los sentidos que no hay que perderse. Durante las mañanas, además, puede verse a las abejas que llevan a cabo la fundamental tarea de la polinización. Como hemos señalado, a fines de verano tendrá lugar la recogida de la almendra, una actividad tradicionalmente muy importante para la economía de las comarcas donde se da este cultivo. Este fruto seco tendrá diversos usos, siendo un elemento a destacar dentro de la cocina mediterránea. Muy importante es su utilización en repostería y en un producto típicamente navideño como es el turrón, donde la almendra juega también un papel especial. Igualmente es muy popular la leche de almendra. Regresando sobre la floración, es bastante evidente que una descripción con palabras de la misma no es nada comparado con el poder contemplarla in situ. Sobran, pues, más comentarios y ya solo queda desplazarse a cualquier punto de la Región donde exista una cierta concentración de almendros para poder disfrutar del espectáculo.

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